Diversos estudios científicos demuestran que una buena imagen personal eleva tu autoestima y tu seguridad en ti mismo/a. Más allá de eso, tener una buena imagen en el ámbito profesional puede mejorar tu actitud, tu comportamiento y tu desempeño profesional.
¿Cómo? Sigue leyendo.
Tanto hombres como mujeres podemos identificar y reconocer esa sensación distinta que sientes cuando empiezas el día sabiéndote “especialmente” bien vestido/a para afrontar la jornada en el ámbito laboral: ese “cosquilleo” que es una mezcla de relajación, seguridad, mayor energía y optimismo. Y viceversa: cuando sabes que no estás dentro de los estándares social y profesionalmente admitidos, o cuando te sientes mal vestido/a; o simplemente por vestir ropa en la que no te “reconoces”, tu ánimo es más bajo, te sientes con menos energía e intentas pasar más desapercibido/a.
¿Recuerdas haberte sentido así? Pues bien, la ciencia tiene respuestas a eso.

Los estudios.
Los profundos cambios en la seguridad en sí mismos de los clientes observados a lo largo de los años por los profesionales de la asesoría de imagen tras recibir sus servicios fueron refrendados en 2004 por un estudio de la Central Michigan University, que puso a prueba la hipótesis de que la asesoría de imagen impacta positivamente en la autoestima y en la consecución de los objetivos personales del cliente. El objetivo del estudio era medir la efectividad del trabajo de asesoría y el beneficio experimentado por los clientes.
Las conclusiones del estudio fueron que:
- Los servicios de asesoría de imagen producen más que un refuerzo superficial: elevan la autoestima de la persona. Para medirla se utilizó el Indice Hartman ©. Un 63% de los clientes que participaron en el estudio experimentó un incremento en su nivel de autoestima, en algunos casos de manera notoria.
- Ante preguntas directas sobre la consecución de sus objetivos personales tras tomar los servicios de asesoría de imagen, los clientes mostraban el convencimiento de que habían prácticamente alcanzado, o completamente alcanzado sus objetivos personales. El alcance de objetivos se produjo tanto en las áreas de apariencia como de desarrollo personal y desarrollo profesional.
- Además, los resultados del estudio demostraron que los servicios de asesoría tienen un impacto significativo en las habilidades relacionadas con: las relaciones interpersonales, la seguridad en uno/a mismo/a, la carrera, la promoción y el desempeño profesionales.
- Otros estudios más recientes siguen arrojando luz en el asunto de la imagen profesional.
Quizá ya sospechabas que la ropa que vistes también afecta a cómo te comportas. Imagina por ejemplo un día normal de trabajo, sea lo que sea lo que hagas, en el que tengas que interactuar con clientes, proveedores o colegas. Según si te sabes mal o bien vestido/a, intentas pasar más desapercibido/a, o actúas con más soltura y aplomo.
Pues bien, el estudio “Enclothed Cognition” (Hajo y Adams, Northwestern University EEUU, 2012) demostró que “la ropa influye sistemáticamente en los procesos psicológicos de la persona que la lleva” (sic.). Mediante varios experimentos se evidenció que el hecho de vestir una bata blanca incrementa los niveles de atención. Pero cuidado: no cualquier bata blanca:
- A uno de los grupos se le pidió que para el experimento vistiera una bata blanca, informándole de que era una bata de médico.
- A otro grupo se le pidió que para el experimento vistiera una bata blanca exactamente igual, haciéndoles saber que era una bata de pintor.
Se midieron sus niveles de atención sostenida antes, y mientras vestían la bata blanca.
Pues bien: los niveles de atención sostenida en sus procesos cognitivos sólo se incrementaron para el grupo que creía estar vistiendo una bata de médico. Sin embargo, los participantes a quienes se les dijo que estaban vistiendo una bata de pintor no mostraron mejoría alguna en las pruebas.
La conclusión del estudio fue impactante: Las personas asumimos el valor simbólico de la ropa que llevamos, y esto afecta a nuestro desempeño.
Nada más y nada menos.
Las conclusiones.
De los estudios citados se concluye que el hecho de cultivar, alcanzar y mantener una buena imagen profesional, además de en cómo te ven los demás (eso será otro artículo), tiene efectos en ti mismo/a:
- Incrementa tu nivel de autoestima y seguridad,
- Incrementa tu nivel de consecución de objetivos,
- Impacta positivamente en tu desempeño, mediante el impacto en tus procesos psicológicos.
Toma acción.
Te sugiero unas pautas básicas para empezar a trabajar tu imagen profesional:
- Revisa tu ropa según los estándares mínimos profesionalmente aceptados:
- ropa limpia, sin desperfectos ni arrugas; calzado y accesorios en buen estado;
- todo es actual y no pasado de moda, o estarás emitiendo un mensaje de falta de adaptación a los tiempos y al cambio, y por tanto de pensamiento desfasado.
- Adecuada para tu situación actual: sector, puesto, contexto.
Depura lo que no cumpla estos estándares mínimos y haz una lista de lo que necesitas incorporar.
- Autoevalúa la primera impresión que crees que causas. ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Y tus áreas de mejora? Para completarla, puedes recabar la opinión de un par de colegas con quienes tengas suficiente confianza (que no sean amigos/as para que no haya sesgo
). Explícales que estás interesado/a en mejorar tu imagen profesional y te gustaría conocer su opinión sobre cuál es la primera impresión que causas, tus puntos fuertes y áreas de mejora.
- En base a la información recogida en el punto anterior, haz un plan de acción con las actuaciones que puedas realizar a corto plazo.:
Espero que estas pautas te sean útiles para comenzar a trabajar tu imagen profesional. Cuando las pongas en práctica, ¡me encantará conocer tu opinión!
PD: ¿Quieres trabajar tu imagen profesional? Contacta conmigo para una sesión de valoración.
© Kris Villarta – Armonik Imagen Personal 2023. Todos los derechos reservados Prohibida su reproducción sin autorización.
Este post apareció por primera vez en www.armonikimagenpersonal.com